Qué es y cómo hacer una caja de estimulación sensorial casera
Cómo crear una caja sensorial para jugar y aprender 🌈
Las cajas sensoriales son una propuesta de juego libre que invita a los niños y niñas a explorar, experimentar y regularse emocionalmente a través de los sentidos. Son una herramienta sencilla pero muy potente para el desarrollo infantil, ya que estimulan la curiosidad, la atención y la concentración mientras aportan calma y disfrute.
Durante el juego, los peques manipulan diferentes materiales, observan sus texturas, colores y sonidos, y crean sus propias historias. Este tipo de juego ayuda a regular el sistema nervioso, favorece la motricidad fina, el lenguaje y la coordinación ojo–mano, además de fomentar la creatividad y la autonomía.
Qué sentidos se estimulan
Dependiendo de los materiales elegidos, las cajas sensoriales pueden activar varios sentidos:
- Tacto: al tocar granos, telas, pompones, hojas, etc.
- Vista: por los colores, formas y contrastes.
- Oído: al mover o verter materiales que suenan, como arroz o legumbres.
- Olfato: si se añaden elementos naturales o aromáticos como hojas, hierbas o especias.
Cómo hacer una caja sensorial casera
Crear una caja sensorial es muy fácil y puedes adaptarla a la edad e intereses de tu peque. Solo necesitas un recipiente o bandeja y diferentes elementos que inviten a explorar.
Materiales para una caja sensorial de otoño:
- Arroz tintado (puedes teñirlo con colorante alimentario y dejarlo secar).
- Abejitas de madera u otras figuras pequeñas.
- Pompones suaves.
- Formas translúcidas.
- Hojas secas recogidas del parque o del jardín.
- Pinza o cuchara para trasvasar.
Paso a paso:
- Tiñe el arroz con unas gotas de colorante y deja secar bien.
- Coloca el arroz en la base de la caja.
- Añade el resto de materiales, distribuyéndolos por zonas.
- Deja que tu peque explore libremente: que coja, clasifique, compare, escuche o imagine.
Ideas de materiales para una caja sensorial
Aquí tienes algunos materiales que puedes combinar según la temática o la estación del año:
- Arroz, pasta, lentejas, garbanzos, harina, sal o arena fina.
- Pompones, cuentas grandes, tapones, cucharas, pinzas, moldes o embudos.
- Piezas naturales como hojas, conchas, piñas, ramas, piedras o flores secas.
- Figuras pequeñas de animales, coches, letras o números.
Cajas sensoriales por estaciones
Puedes adaptar las cajas sensoriales a cada época del año:
- Otoño: hojas secas, piñas, arroz en tonos tierra, calabacitas o animales del bosque.
- Invierno: algodón, copos de nieve de papel, bolitas blancas, cucharas metálicas.
- Primavera: flores, hierba artificial, mariposas, semillas o agua tintada.
- Verano: arena, conchas, piedras de colores, mini cubos o figuras marinas.
Cada estación ofrece un universo nuevo para explorar y conectar con el entorno. Las cajas sensoriales son una forma maravillosa de acompañar el desarrollo de los más pequeños mientras disfrutan descubriendo el mundo con sus propias manos.